No, mamá, no
Lo que más me sorprendió cuando me enseñaron a mi segundo hijo y lo cogí en brazos fue la total ausencia de sentimientos. Ni amor. Ni cólera. Nada.
Jodie esperaba tener una niña. Ya tiene un hijo, de dos años, y un marido, periodista, parco, convencional. La desilusión es fuerte, va más allá de una simple depresión posparto; el marido y las autoridades médicas le recomiendan una visita a la comsulta de Psiquiatría. Una inesperada llamada de una antigua amiga a la que hace años que no ve pone a Jodie, sin embargo, en el camino de disfrutar de sus dos hijos... por un medio bastante excepcional. No, mamá, no (1978), la primera novela de Verity Bargate, es un extraño y estimulante cruce de cuadro de costumbres domésticas del Soho bohemio de los 70, estudio de carácter y novela de terror.
(Copiado de Fnac)
Enlace con el blog "El momento de Raquel"
Verity Bargate
Hija del dependiente de una tienda de material eléctrico y posteriormente jefe de ventas de la London Metal Warehouse, nació en Exeter en 1940. Se quedó al cuidado de su padre, junto con su hermano, al divorciarse en 1944. Su madre se mudó a Australia y volvió casada con un médico de las Reales Fuerzas Aéreas, que envió a la niña a un internado tras otro, incluso en vacaciones. Estudió enfermería en el Westminster Hospital, trabajó cinco años como enfermera y luego en una empresa de análisis de medios de comunicación.
En 1969 fundó en Londres con el que sería su primer marido, el director de escena Fred Proud, un teatro de vanguardia, el Soho Theatre, donde dio salida a obras e iniciativas de nuevos actores y autores, entre ellos Bob Hoskins, Hanif Kureishi y el dramaturgo y guionista Barry Colin Keeffe, que se convertiría en su segundo marido. Este la impulsaría a escribir y ella empezó a hacerlo casi al mismo tiempo que se le diagnosticó un cáncer:
No, mamá, no (1978; RARA AVIS núm. 34) fue su primera novela, a la que siguieron solo otras dos, Children Crossing (1979) y Con la misma moneda (1981; RARA AVIS núm. 38). Según confesaría a sus íntimos, tenía miedo de morir a los cuarenta años, como su madre, y siempre la angustió que su fecha de nacimiento (6 de agosto) coincidiera con la del bombardeo de Hiroshima. Murió en Londres, en efecto, a los cuarenta años, el 18 de mayo de 1981.
Entre 1983 y 1990 un prestigioso premio para primeras obras teatrales llevó su nombre.
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