La desbandá
La desbandá
El crimen de la carretera de Málaga a Almería y otros escritos
En los primeros días de febrero de 1937 se produjo la que probablemente fuera la masacre más cruenta —e indudablemente la más silenciada— de la guerra civil española: durante varios días, en los 200 kilómetros que unen Málaga y Almería por la costa, el ejército franquista, el ejército italiano y la aviación alemana atacaron ininterrumpidamente por tierra, mar y aire a entre 60.000 y 100.000 civiles que huían atropelladamente de la ciudad de Málaga tras caer esta en manos de las tropas sublevadas, un éxodo del terror conocido popularmente como «la desbandá».
En este pequeño pero imprescindible volumen, con prólogo y traducción de Natalia Fernández Díaz-Cabal, recuperamos el testimonio del brigadista y médico canadiense Norman Bethune, figura clave en la evacuación de los refugiados. Las fotografías de Hazen Sise —ayudante de Bethune— incluidas en esta edición permiten atisbar el alcance de este vergonzoso y trágico episodio de nuestra historia que, según las estimaciones más optimistas, acabó con la vida de entre 3.000 y 5.000 civiles —las más pesimistas cifran la mortandad por decenas de miles— y supuso el desplazamiento de unas 40.000 personas.
(Copiado de Pepitas de calabaza)
Norman Bethune (Gravenhurst, Canadá, 1890 - Tang County, Baoding, China, 1939) participó como camillero en la Primera Guerra Mundial. En 1916 completó sus estudios de Medicina, campo en el que hizo algunas valiosas aportaciones, especialmente en el ámbito de la cirugía torácica, y fue uno de los primeros defensores de la medicina socializada. En 1936 acudió a la guerra civil española, donde desarrolló el primer servicio móvil de transfusiones de sangre.
Inquieto y atrabiliario por naturaleza, tras su paso por España, este comunista —de convicción más que de partido— decidió trasladarse a China durante la guerra con Japón con la intención de construir un hospital y formar médicos que ayudasen a paliar el desastre que tenían encima. En China encontró la muerte, y con ella «la gloria».
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