Vale la pena luchar

Vale la pena luchar, de Marcos Ana, autor de obras como Decidme cómo es un árbol o Poemas de la prisión y la vida, constituye una nueva aproximación al tema de la crisis por una voz lúcida y autorizada, que clama en medio de esta crisis generada por el desarrollo despiadado del capitalismo.
Vale la pena luchar, clasificado en la materia política nacional, es un manual contra la injusticia, escrito por un hombre sencillo con una vida apasionante y apasionada que cruza toda la historia del siglo xx.

Marcos Ana se define a sí mismo como poeta. Nació en un pequeño pueblo salmantino, en 1920, en el seno de una familia de jornaleros. Afiliado a las Juventudes Socialistas Unificadas y, más tarde, al Partido Comunista, formaciones en las que ocupó puestos dirigentes, durante la Guerra Civil combatió en las filas del ejército republicano. Fue apresado tras la contienda y condenado varias veces a muerte. Ha sido el preso político que más tiempo permaneció en las cárceles franquistas; fue liberado en 1961. Marcos Ana tiene noventa y tres años de edad, setenta de vida. La diferencia la marcan los veintitrés que pasó en las cárceles.

Lejos del odio y de la venganza, Marcos Ana rescata hoy los valores que siempre le han mantenido de pie, la unidad y la fuerza de las ideas para hacer frente a esta crisis económica y moral. Asiste indignado al robo de muchos de los derechos que a tantos compañeros suyos le costaron la vida, al descrédito político, a la corrupción en el poder, al desmantelamiento de los servicios sociales públicos, al olvido del pasado reciente o al hondo calado de la pobreza en muchas familias. Así levanta su voz de nuevo un poeta que entregó sus mejores años a la defensa de aquello que ha dirigido su vida: la solidaridad entre los pueblos. Servicios sociales que se desmantelan, un Estado que se adelgaza progresivamente, prioridad de la economía financiera frente a la economía productiva, descrédito de los poderes estatales,sectores sociales enteros invadidos por la corrupción... Esta no es solo una crisis económica; es también, y sobre todo, una crisis de valores. Para salir de ella será necesario el esfuerzo de todos pero, además, recuperar el valor de la ideología.

(Copiado de La casa del libro)

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