La dulce envenenadora
En el jardín de una casita roja, en la quieta campiña de los alrededores de Helsinki, una viejecita grácil está regando su arriate de violetas. Las golondrinas vuelan gorjeando, los moscardones zumban, un gato dormita en el prado. Pero el idilio solo es aparente: la vida tranquila de Linnea Ravaska, octogenaria viuda de un coronel, es emponzoñada por una banda de malhechores que llega regularmente cada mes a la capital para arrebatarle su escasa pensión. El desnaturalizado nieto Kauko y sus dignos acólitos, Jari y Pera, no solo la despojan sino que destrozan todo lo que encuentran a su paso, torturan al gato, golpean por puro placer, roban, ensucian, destruyen, sin que Linnea ose rebelarse, hasta el fatídico día en que decide no soportarlo más.
(Copiado de La casa del libro)
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